En el mundo digital actual, las instituciones de servicios financieros y seguros (SFI) se enfrentan a una creciente complejidad, desde las presiones regulatorias y las cambiantes demandas de los clientes hasta la constante amenaza del fraude y la volatilidad del mercado. El éxito ahora depende de la rapidez e inteligencia con la que una organización pueda convertir sus datos en acciones.
Sin embargo, los sistemas heredados y los datos aislados siguen frenando el progreso. Los usuarios empresariales a menudo se enfrentan a información fragmentada, distribuida entre plataformas de reclamaciones, sistemas de pólizas, motores de transacciones y herramientas de CRM. Los procesos manuales y los canales de análisis rígidos retrasan la obtención de información y limitan la agilidad, lo que supone una seria desventaja en un sector donde las decisiones en tiempo real son cruciales.
Los analistas de fraude luchan con sistemas desconectados que retrasan las investigaciones, pasan por alto patrones sutiles y carecen de desencadenantes en tiempo real para prevenir pérdidas.
Los suscriptores y gerentes de reclamaciones carecen de conocimientos unificados y explicables que puedan acelerar la puntuación de riesgos, la clasificación de reclamaciones y las decisiones de aprobación.
Los oficiales de cumplimiento enfrentan fatiga de auditoría y retrasos en los informes debido a la extracción manual de datos y a la falta de un linaje claro o un monitoreo de umbrales.
Los equipos de productos y marketing no pueden personalizar las experiencias de manera efectiva cuando los datos de los clientes están fragmentados en distintos canales y sistemas.
Para competir y cumplir con las normas en este panorama, las organizaciones de servicios financieros necesitan más que paneles de control. Necesitan una plataforma moderna, gobernada y basada en IA que convierta los datos empresariales en resultados inteligentes en tiempo real.